Clasificar

Vivimos rodeados de clasificaciones ¡para todo! Me levanto y me doy cuenta que mi casa es una gran clasificación : baño, cocina, dormitorio ; voy a mi closet y ahí está la ropa: pantalones, poleras, polerones; abro el refrigerador y está lleno de compartimientos: verduras, botellas, lácteos...

Podría seguir todo el día, pero no tiene sentido. Nunca me había percatado lo encasilladas que están todas las cosas en el mundo y siempre lo estarán, incluso en la naturaleza existen clasificaciones para las cosas. Y no es que lo señale como algo malo, pero es impresionante como toda nuestra vida es como un gran cajón con miles y miles de compartimientos para cada cosa. Y es IMPOSIBLE que no sea así. Sin ambargo, de no ser de esta manera, el universo sería un enorme caos bíblico de elementos que prefiero no imaginar.

Por otra parte, dejando el lado filosófico y abordando lo social, escribir sobre esto me recuerda la asombrosa capacidad que tiene el ser humano de, repito por enésima vez la palabra, clasificar a las personas y luego, muchas veces sin percatarse , crear prejuicios de acuerdo a las etiquetas que incluso ellos mismos asignan. Flaite, pelolais ; otaku, emo; gay, hétero; perno, estiloso; comunista, pinochetista ; y un laaaargo etc...